Dolor Neuropático

MANEJO DEL DOLOR

Por: Arlett Genoveva Ortiz Arroyo, Victor Omar Castellanos Sánchez

El manejo del dolor se encuentra sometido a la dependencia de la forma en que este se presente o actúe en la persona afectada. Dentro de las múltiples formas en que el dolor se manifiesta, podemos encontrar el denominado dolor neuropático, producido a consecuencia de una alteración en la vía somatosensitiva y que persiste aunque desaparezca la causa que lo provocó originalmente. Suele acompañarse de hiperalgesia, alodinia, parestesias y disestesias, entre otros signos. Las manifestaciones del dolor neuropatico pueden ser evocadas por un estimulo o simplemente ser espontáneas al provocarse por mecanismos como la hipersensibilidad a causa de una denervación, la pérdida de los controles inhibitorios o incluso una hiperexcitabilidad de la membrana. En la mayoría de casos, las principales causas de este dolor radican en la amputación de algún miembro, lesiones en el plexo braquial o lumbosacro, distrofias simpático reflejas, esclerosis múltiple o en pacientes que son intervenidos con sesiones de quimioterapia.

A lo largo de los años, la fisioterapia se ha posicionado como parte importante del tratamiento de rehabilitación de los pacientes con dolor neuropático. El dolor, la interacción de la actividad refleja, la presencia de zonas cutáneas, fasciales y musculares extensas de irritación, la hipersensibilidad sensorial, el espasmo, la tensión muscular, los cambios posturales, así́ como los cambios biomecánicos y las alteraciones del tono muscular son muestras representativas de la necesidad de la interacción fisioterapéutica en el tratamiento interdisciplinario de los pacientes afectos. A su vez, es necesario destacar la importancia del examen físico previo ya que permite comprender síntomas, observar actitudes posturales que alivian o empeoran el dolor e identificar la tolerancia al ejercicio. Además, en el dolor neuropático es indispensable detectar signos y síntomas en etapas tempranas que pueden ayudar a evitar la progresión crónica del dolor, ya que llegando a este estadio, la manera en que refiere al tratamiento se torna más difícil para el fisioterapeuta.

Al mismo tiempo es primordial establecer metas alcanzables a corto y mediano plazo, ligadas con las expectativas y demandas del usuario y con programas de educación dirigidos al movimiento, el acondicionamiento físico, la reeducación sensitiva, y la explicación de aspectos neurofisiológicos que afectan de forma directa la calidad de vida de quien lo padece.